Por Juan Pablo Tosar
MONTE VI 2 *** LA MAREA 0
Muchachada:
El monte press no ha muerto, late aún, y con más fuerza que nunca. Más fuerza aún que la que le metió Coque a la pelota en un tiro desde la mitad de la cancha cuando vio al golero adelantado, y que desempolvó la arena del punto penal donde cayó sequita. Bueno, no miremos las manchas de la luna. La verdad que fue un partido redondo (para seguir la analogía con nuestro satélite natural), se jugó como un equipo, con solidez a la hora de marcar y soltura en el momento del acecho. Con un Tatín agrandado con el brazalete (trapo sucio fabricado con el elástico de una media vieja) de capitán, tan insoportable como siempre y más efectivo que nunca a la hora de convertir de zurda (porque todos los goles que erró los pateó con la derecha). Con un Merlu que tiró más sombreros que Augusto cuando se cortó el pelo (le quedaban todos grandes) y un tiro libre digno del Profesor en sus mejores tiempos, que nos puso uno a cero. Diferencia que se hubiera agrandado de no haberse cagado en los mano a mano con el golero de ellos -“Tony” para los amigos- (pobres giles...mira que tener un caballito de mar como escudo…lástima que Coque no se haya percatado.)
Se destaca también la labor de Rafa en el arco, participe indiscutido del resultado; de Fabián poniendo orden en el entretiempo, con la cara y el tonito de quién está disfrutando el partido; de Miguelito, que aunque tenía cara de no estar disfrutando mucho por la resaca por lo menos fue (nótese que el partido se jugó a las 11, a las 10 era otra la historia); de Klaus armando el formulario con exactitud (cargo que deja vacante el 8 de octubre cuando triunfalmente vuelva a las canchas, en lo que ha prometido será una “fiesta de fútbol” a la cuál todos –familiares y amigos del cuadro inclusive- estamos invitados) y de Cot…no, del cote no.
Bueno, tampoco nos creamos la cosa. La verdad que la marea es un cuadro bastante modesto, con un técnico que pone al gordo con menos densidad neuronal del mundo (una menos de las necesarias para sacar bien el obol) con la única instrucción de buscar al Merlu y meterle una patada, cosa que, aunque placentera, está mal. Casi tan mal como nuestros rivales en la tabla de posiciones. En fin, no queda la menor duda: la marea baja.
Aaaa…me olvidaba. Mención aparte para el Toro y el Gabi Delpiazzo (jugadores que, además de ser los técnicos de la sub 20, son los más lindos, más habilidosos, más metedores, más goleadores y, espero, más sobornables del cuadro).
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